Creo que es uno de los términos de los cuales la mayoría de nosotros no habíamos escuchado antes, y si lo habiamos escuchado no sabiamos ni cómo se comía. Pero si les dijera que el pH de nuestra piel y el de los productos que utilizamos es tan importante como hacer ejercicio y comer saludable, no me creerian. Empecemos por entenderlo, pero se los explicaré de la manera más sencilla.
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¿Qué es el pH?
Se entiende como “poder de hidrógeno” o “potencial de hidrógeno”, y es la medida de que tanta concentración de iones de hidrógeno hay en una solución. Básicamente, medido con el agua destilada con un pH de 7.0, todo número debajo de él es ácido y todo número por encima es alcalino o “básico”. Generalmente hablando, ácido sabe cómo el ácido de un limón que tiene un pH de 2.2 y lo alcalino sabe amargo, como el baking soda con un pH de 9.0, dos cosas que NO DEBERIAMOS colocar en nuestra piel.
¿Por qué es tan malo el limón o baking soda?
El buen pH de nuestra piel esta por los 5.5 y cuando se acerca a 6, es demasiado alcalino, lo que nos lleva al baking soda con un pH de 9.0 ¡Es demasiado alcalino! Tu piel puede sufrir quemaduras químicas con éste número. Así mismo el bajo pH de un producto, como el limón a un 2.0 puede producir irritaciones y dañar nuestro pH natural, aparte es fototóxico (muchísimo más sensible a los rayos UV).
La peor parte de todo el asunto es cuando te lo colocas en el día, como mencioné antes, tu piel se vuelve más propensa a recibir daños solares, lo que te causará manchas irreversibles y acceso a los rayos UV mucho más rápido en las capas de la piel.
Mi consejo
No vale la pena arriesgar nuestra bonita piel por encontrar un remedio «rapido» o «natural» que ya sabemos que no significa nada en el mundo del skincare.
Nota final: ¡USA PROTECTOR SOLAR, MY DEAR! Tu piel hermosa te lo agradecerá!
